LA ESPERANZA ES UNA VIRTUD Y LA FE ES LA SANTIDAD

  1. La esperanza, que sobrepasa todas las ideas concretas, es la actitud de la persona, es una confianza absoluta, venciendo así toda posible frustración y experimentando una seguridad del ser o en el ser, que se opone a la inseguridad que se fundamenta en el tener.

  2. Ser imagen de Dios, es tener esperanza permanente y constante por ser imagen y semejanza de Dios, es una virtud teologal o sea que es una virtud dada por Dios.  Pero también una actitud que puedo y debo realizar.

  3. La esperanza es una virtud teologal, que lo vamos a desarrollar en 7 pasos:

Primer Paso:  El riesgo a la vida es un impulso interior, al mismo tiempo existe el miedo a no arriesgar, lo cual reprime a dar el primer paso al aprendizaje de algo nuevo, y a las experiencias nuevas que dan alegría a tu alma. Limitamos al ser humano y divino, o sea, la fe y la esperanza dadas por Dios.

Segundo Paso:  Hebreos 12,1, el ser tiene la virtud de la esperanza, por lo tanto somos seres competitivos.  San Pablo nos cuenta en 1 Cor 9, 24-26, el ejemplo de la corona que se marchita. Por supuesto que para competir tenemos una meta. 

Tercer paso: Liberarse de imágenes concretas:

  • Malas imágenes de recuerdos que nos dañan, que alimentan mal a nuestro espíritu y a nuestra alma.
  • Liberarse de  imágenes de falsas ilusiones como son ideales a los que quizás no los voy a alcanzar a realizar porque no es mi realidad, están tan aferradas a mis ideas que en la realidad, frente a la esperanza, sólo pueden decepcionarme y me frustra porque no se realizan.

¿Cómo podré liberarme de estas imágenes?

Pidiéndole a Dios en mi oración con la Esperanza que bendiga mi camino, porque la esperanza está relacionada con la libertad, porque el ser que tiene ideales fijos siempre va a ser decepcionado, sea enamoramiento, trabajos, estudios y todo lo que se desarrolla en la vida del ser (persona).

Cuarto Paso:  Poner la esperanza en el ser verdadero, que crezcamos como Hijos de Dios, porque él confía en nosotros.  La esperanza nos pone en contacto con nuestra alma.  Sin embargo no se trata de una huida a la realidad, más bien la esperanza que siempre está en nosotros nos da la confianza para seguir nuestro camino, aunque exteriormente haya algo que nos impida avanzar.

Quinto paso: Esperar ante la cruz.  En ciertos casos estaríamos como los discípulos de Emaús, Lc 24, 21.  Sin embargo, la doctrina del iglesia católica nos enseña siempre desde que empieza la cuaresma: la esperanza a la resurrección y Pablo lo reafirma en Rom 8, 24-25.  Pero la esperanza es una virtud interior. 
Para nosotros, cristianos católicos, nuestra esperanza constante y permanente de lo que vivimos es como una norma de vida, Rom 8, 28 – ss, porque nada nos apartará del amor que Él nos tiene y espera nuestra respuesta.

Sexto paso:  Del yo al tú.  Muchos desaprovechan su vida viviendo el Yo porque no se sienten apoyados por una comunidad, donde ya se vive el Tú antes que el Yo.  Es un compromiso vivir el tú en comunidad para después formar comunidades de familia donde el tú prevalezca y el Yo no exista (egoísmo).

En el orden del tú que es el orden de nosotros, es decir de la fraternidad, hablamos recíprocamente de nuestra esperanza común.  Cuando vivimos la esperanza en  comunidad, dejamos de dar vueltas en torno de uno mismo, porque toda persona que se aísla queda sola por lo tanto debemos tener en cuenta y amar a la comunidad y a mis hermanos; por ello debemos de tener reciprocidad porque necesitamos la esperanza con mi propia esperanza y necesitamos la experiencia de ser sostenidos por una comunidad para poder arriesgar libremente nuestra vida, no tengamos reparo compartir toda realidad de nuestra vida.

Séptimo paso:  Superación de la realidad concreta.  No debo esperar acontecimientos concretos.  La esperanza me empuja a avanzar aunque esté mortalmente enfermo y aunque tenga un diagnóstico de una escasa posibilidad de curación.  La esperanza no depende emocionalmente de mi recuperación corporal, siempre incluye la posibilidad del milagro, pero supera la situación concreta.

La esperanza supera mi pensamiento y se eleva por encima de las ideas erróneas que pueden perjudicarme.
La esperanza me quita el miedo al fracaso, el miedo a que no salga todo tan bien y evita mi raciocinio el cual me elude afrontar riegos.

Les invito a reflexionar y dejar de lamentar el pasado, y con la ayuda de Dios en Cristo Jesús avanzar hacia el futuro con valor y confianza, porque nunca es tarde para volver a empezar la vida verdadera, aunque la hayas desaprovechado mucho.

Te invito a comenzar a vivir conscientemente y recobrarás todo lo desaprovechado y plasmo con una confianza única el significado de la conversión porque todo lo vivido antes es bueno y de acá para adelante será mejor y excelente porque la conversión es la respuesta a Cristo, todos los días experimentamos la conversión. Yo tengo 82 años, valoro mi vida, la valoro tal como ha sido porque de aquí en adelante es y será útil para Dios y para mi comunidad de hermanos.

!!!ATRÉVETE Y VERÁS!!!

Juana de Jesús.

2 Replies to “LA ESPERANZA ES UNA VIRTUD Y LA FE ES LA SANTIDAD”

  1. La esperanza en Cristo Jesús de sanarme y y el amor filial de Ena mirarme de alguien se lo entrrego a lo que elquiere para mí

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